La gobernanza de las universidades y la política (en EEUU)
10 Dec 2025 Your NameEn EEUU las universidades están atravesando momentos difíciles (por aquí también hay casos, porque, como ya hemos dicho en otras ocasiones y aunque los modelos son bastante diferentes, los políticos -pero no solo ellos, el entorno también marca direcciones- influyen mucho en lo que puede pasar).
En Who actually runs Columbia University? hablan del caso de la Universidad de Columbia y sus problemas de gobierno. La cuestión es algo ténica, pero esencialmente parece que uno de los miembros de la junta directiva (compuesta por personas que no son académicos) sin consultar a las personas de la universidad.
For a member of the board of trustees to assume leadership of the university, without even the fig leaf of faculty consultation, has never occurred in the 271-year history of Columbia.
Todo esto se desarrolla en el contexto de la amenaza del presidente de seguir sus directrices o perder financiación (aunque, como decimos, no son públicas reciben fondos federales y de diversos organismos públicos).
Y, nos dicen, esto afecta a la libertad académica y a la propia gobernanza.
American universities, in their recent dealings with the federal government – and with their own trustees – have repeatedly shown themselves incapable of preserving the core values of academic freedom and shared governance.
Estas juntas directivas desempeñan un papel fundamental en asegurar la salud financiera y la estabilidad, pero en tiempos donde el gobierno quire influir en las universidades esto puede ser un problema grave, afectando a quién se contrata, qué líneas de trabajo se favorecen, incluso con motivaciones políticas de los propios directivos.
Trustees (sometimes called governors, regents, visitors or “members of the corporation”) have a lofty function: to ensure the financial health and stability of the institution, partly through their own donations. ... In our fraught times, these levers are in increasing use, especially by the Trump-driven Republican party, to target disciplines, departments and individual professors. Many boards have become political wolves in the guise of fiduciary sheep.
Habla un poco de las características de estos comités (formados por hombres blancos exitosos, en su mayoría) y sus sesgos e intereses, pero no entraremos en ello.
Sí, claro, dicen que esto es un caso en una Universidad concreta, pero que no es un caso único y por eso debería preocuparnos. La universidades públicas de allá tampoco se salvan.
The Columbia board is by no means unique. ... As far as public universities are concerned, ... In these regards, they are very much like their private counterparts.
Finalmente habla del contrato social de estos directivos y cómo deberían responsabilizarse de sus decisiones y recibir la adecuada vigilancia así como asegurarse de que siguen los valores y principios correctos.
Creating this new social contract will require two crucial steps. The first is to bring the full force of public scrutiny to bear on boards, their membership, their accountability and the checks on their powers. The second is to demand that all academic governing boards both reflect and defend the fundamental values of universities in a liberal democracy: freedom of academic speech, opinion and inquiry; procedural transparency; and demographic diversity.
Para no perder de vista.
